En ocasiones, se hace muy complicado encontrar a la persona adecuada para nosotros. Sea cual sea la dificultad que encuentres, podemos examinarlo y encontrar cómo solucionarlo. En realidad, muchas veces los problemas los generamos nosotros mismos, y eso es algo fundamental para poder avanzar. Es por ello que, desde la psicología o desde un proceso de coaching altamente eficaz, podemos encontrar la raíz del problema. Normalmente, muchas de las dificultades se basan en nuestros miedos: al fracaso, al compromiso, a ser traicionados, a que no nos quieran, a que nos hagan daño. Y esto provoca que nosotros mismos eliminemos a muchas personas como candidatos, o que ni siquiera intentemos tener esas relaciones. También puede existir el problema de unafalta de autoestima, timidez, falta de tiempo. Estos elementos pueden llevarnos a estas situaciones.
Muchas personas al nacer tienen características sexuales ambiguas en su genética, en su corporalidad o en sus órganos sexuales. Las categorías cerradas como hombre o mujer hacen difícil que estas personas encajar en ellas. El motivo de la intervención médica no responde a motivos de salud sino al rechazo social que genera la ambigüedad. Esto es dolorosamente injusto para estas personas porque no pueden decidir sobre su cuerpo, puesto que son operadas en edades muy tempranas determinando el resto de su vida. Estas operaciones representan una grave vulneración de derechos, es decir, dejar de tratarla como una enfermedad y esperar a que sean las personas intersex las que elijan su identidad de género. María del Arco. Vivencia y conocimiento del cuerpo. Chilis y gotarrones.
Una de las mayores quejas a quienes practican el cunnilingus es el cansancio de la mandíbula. Al igual que con la felación, a las mujeres les gusta la sensación de tener todo inundado allí abajo. Así que pídele que no escatime en saliva, incluso puede tomar un poco de agua para hidratarse y mojarte…. Ya sea con tus manos o con las de tu pareja separa tus labios vaginales para darle un mejor acceso a tu clítoris. Muchos comenten el garrafal error de ir directo al punto del placer, el clítoris. No, no y no. Cuando veas que empieza a tener como ligeros escalofríos, ahora ve por sus labios, externos e internos.
